La Península de Istria está hoy en día dividida entre Eslovenia y Croacia, pero es un lugar con cultura, tradición y carácter propio. Un ejemplo de ello son los carteles y las indicaciones que además de en esloveno y croata, están rotulados en italiano. La arquitectura en toda la península es veneciana, ya que fue parte de la república de Venecia durante 800 años.
Fuimos una amiga y yo en tren desde Olten (Suiza) hasta Trieste (Italia), habiendo pasado la noche en Milán. A la estación de trenes de Trieste vino a recogernos nuestro amigo esloveno, Maks, y nos alojamos en su casa, en la parte eslovena de Istria, en el pueblo costero de Pirán. Desde allí además de visitar distintos puntos de Eslovenia, pudimos hacer una excursión de día entero a la parte croata de la Península de Istria para visitar los pueblos de Motovun y Rovinj.
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Motovun
El pequeño pueblo está encaramado a las laderas y la cima de un pequeño monte. Se trata de un pueblo con pendientes muy pronunciadas, pero merece la pena subir hasta la parte superior, se ve todo el valle hasta las montañas, y yo por lo menos sentí la sensación de seguridad que da el vigilar los alrededores desde las alturas. Me recordó al pueblo burgalés de Frías.
Debe de haber muchas trufas en la zona, y hacen queso de cabra con trocitos de trufa en su interior: una delicia.
Rovinj
Es un pueblo precioso pero está totalmente adulterado por el turismo, todo en el pueblo está dirigido a sacar dinero a los turistas: con eso lo he resumido todo.
Pirán
Pirán está situado en el norte de la Península de Istria, en la parte eslovena, y es el lugar en el que me alojé la primera vez que fui a visitar a mis amigos eslovenos. Al igual que en Motovun y Rovinj, la homogeneidad arquitectónica del lugar es fabulosa, totalmente veneciana. Lo bueno de Pirán es que no está para nada manida por el turismo, y conserva al 100% su esencia tradicional, de hecho, las casas están habitadas por autóctonos y no han sido reemplazadas aun por hoteles. Un sitio al que de verdad merece la pena acudir, lo tiene todo: una muralla, una plaza enorme, calles estrechas, edificios antiguos, mar, terrazas para tomar algo, vistas hacia Italia y los Alpes, etc.
Koper
Se sitúa a unos 10 minutos en coche de Pirán y a otros 10 minutos de Trieste (Italia). Tiene un puerto industrial enorme, y zonas con edificaciones modernas, pero el centro de la ciudad se mantiene intacto.
Portorož
Es el lugar más turístico de la costa eslovena, pero se trata de turismo de calidad; se pueden ver coches caros en las calles y mansiones enormes en las colinas. Nosotros fuimos a dar una vuelta por el paseo y a cenar a la casa de los padres de mi amigo: una de esas mansiones colina arriba.
Sin duda, la Península de Istria es un lugar que merece la pena descubrir, conserva muy bien su esencia ya que excluyendo un par de puntos que ya se han abierto al turismo de masas, el resto sigue intacto.