Hoy es 24 de diciembre, lo normal, para nosotros, sería estar en casa, ayudar a preparar las cosas para la cena, hacer algún recado de última hora, salir a tomar algo antes de cenar, y dar comienzo a la nochebuena en familia. Hoy está siendo un día totalmente distinto: estamos en Maldivas de mochilero, y aunque ha estado lloviendo por la noche, y el día está nublado, hemos ido a bucear.
Ayer por la noche acordamos con un local que nos llevaría a bucear a los canarios y a nosotros. El precio del snorkel fue de 35 dólares (30 euros aprox.) a pagar entre los cuatro que íbamos; el alquiler del material incluido .
A eso de las 10 de la mañana estábamos subidos en un pequeño bote, con todo el material en mano, dispuestos a dirigirnos al sitio en cuestión, a unos 10 minutos en bote de nuestra isla.
El local nos llevó aproximadamente un kilómetro mar adentro, a un lugar que desde la superficie parece un sitio normal y corriente: agua cristalina, zonas de agua color turquesa, y zonas más oscuras por la profundidad. Nada mas adentrarte en el agua, la vista cambia totalmente, muchísimos peces de mil colores, cada uno especial, miles de tipos de corales, cada uno con una forma y color distinto, diferentes tipos de algas o plantas marinas y hasta dos tortugas adornaban el pequeño cacho de fondo marino visitado. Una experiencia, sin duda, inolvidable.
Durante dos horas y media, que por cierto se han pasado en un santiamén, hemos tenido el privilegio de observar toda esta riqueza natural rebosante de vida en cada rincón del lugar. Todos los animales alrededor de ti, parecía como que interactuaban contigo, incluso de vez en cuando daba la sensación que se acercaban como curiosos para saber más de ti. Nadar justo por detrás a apenas centímetros de un banco de peces azules amarillos y blancos, alargados e increíblemente coloridos, o nadar junto con un par de tortugas Carei,…
Una experiencia sin duda inolvidable y que a lo largo del viaje, realizaremos en más ocasiones.
