Jungfraujoch significa «yugo de la virgen» en alemán, y es el collado que une el monte Monch (4.089 metros) con el Jungfrau (4.156 metros). En el collado hay un complejo que alberga el observatorio astronómico más alto del mundo, varios miradores, restaurantes, tiendas e incluso una oficina de correos. Hasta dicho complejo, situado a 3.454 metros de altura, se puede llegar en tren desde el año 1912, y desde esa fecha ostenta el título de estación de tren a mayor altura de Europa, de ahí su nombre: Top of Europe.
Subir al Jungfraujoch es carísimo, pero yo tenía muchas ganas de conocer el lugar, así que con la excusa de que era el cumpleaños de mi novia y la previsión del tiempo era buena decidimos prepararnos y subirnos al primer tren que nos pudiera llevar.
Salimos de Olten, el pueblo suizo en el que vivíamos, y después de 3:53 horas de tren y tres conexiones llegamos a nuestro destino. Estos fueron los cambios de tren que tuvimos que hacer y el precio de cada trayecto:
- Olten – Interlaken Ost: 49CHF (41€)
- Interlaken Ost – Lauterbrunnen: 7,40CHF (6€)
- Lauterbrunnen – Jungfraujoch (vía Kleine Scheidegg): 89,60 CHF (75€)
Como nosotros tenemos la tarjeta Gleis7+HalbTaxAbo, nos hacían descuento del 50% en todos los trenes, así que nos salió por 60 euros aproximadamente. De todas formas, la aventura comienza en el mismo tren, así que en el precio tampoco es tan descabellado, ya que no se trata de un simple medio de transporte, es toda una experiencia.
Antes de empezar a narrar el día, os tengo que comentar que se nos olvidó la tarjeta de memoria de la cámara en la residencia, así que sacamos todas las fotos con la cámara del móvil…
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Lauterbrunnen
Hay dos vías posibles para llegar al Top of Europe: una, por el valle de Lauterbrunnen, y la otra, por el valle de Grindelwald. Nosotros decidimos subir por Lauterbrunnen porque queríamos ver la cascada, así que aprovechamos el tiempo de conexión entre tren y tren para explorar la zona. En sí el pueblo no tiene demasiado encanto, pero el paisaje es una pasada.
En Lauterbrunnen nos subimos al tren cremallera que sube hasta Kleine Scheidegg. El tren sube pendientes muy pronunciadas, y por momentos parece que se va a caer cuesta abajo, pero las vistas sobre el valle de Lauterbrunnen son alucinantes.
Kleine Scheidegg
Es el punto en el que se unen los trenes provenientes de Grindelwald y los de Lauterbrunnen, hay un hotel que antaño frecuentaban los aristócratas de toda Europa, y que ahora está en medio de una estación de esquí.
Las vistas, como durante todo el trayecto son extraordinarias, y me llamó la atención la cantidad de japoneses que había por la zona. Nos sacamos un par de fotos y nos subimos al Jungfraubahn (así se llama el tren que llega al Top of Europe).
Subidos en el Jungfraubahn
Era el 100 aniversario del tren, y había bastante gente, aun así, como era un día de entre semana, pudimos ir cómodos. La primera parte del trayecto es al aire libre, pero el tren enseguida se mete en el túnel, escalando la montaña por sus entrañas. En el camino hay dos paradas, dos lugares en los que el túnel se ha perforado para poder admirar las vistas.
Jungfraujoch, Top of Europe (3.454 metros)
Al bajarnos del tren entramos en una cristalera enorme con vistas al glaciar más grande de los Alpes. Había restaurantes, tiendas, una oficina de correos, etc. Nos repartieron un folleto en el que nos explicaban cuáles eran las distintas zonas del complejo: el mirador, las galerías de hielo, la caminata al collado, los pasillos decorados con la flor de las nieves, etc.
También pudimos sentir los primeros síntomas del soroche o mal de montaña; fatiga, mareo leve, sensación de falta de aire, etc. Pero solo al subir escaleras o hacer esfuerzos. Te cuento qué es el mal de altura y qué hacer para evitarlo en este otro artículo.
Teníamos el tiempo justo, ya que llegamos sobre el mediodía al Top of Europe, había muchas cosas que ver y hacer, y el último tren bajaba a las 17:45. Así que nos pusimos a ello sin más dilación:
La vuelta a casa
Con nuestra tarjeta de transportes se puede viajar a partir de las 7 de la tarde sin pagar, pero el problema es que el complejo del Jungfraujoch cierra mucho antes; así que tuvimos que pagar la primera parte del viaje. Decidimos bajar por el otro lado, por el valle de Grindelwald. El trayecto costaba 91 CHF, que se quedó en 45,5 CHF (37,60€) para nosotros gracias a nuestra tarjeta de transportes. Un día maravilloso.